SE DIFERENTE NO DEBERÍA SER DIFÍCIL
Muy buenas a todos y a todas!!!
Esta semana, la tarea es de elección libre, la que más me ha gustado hasta ahora. Ya queda muy poquito para terminar el blog, y aunque me ha tenido todo el cuatri agobiada, ahora me va a dar pena.😕
Bueno chicos, hoy voy a hablar sobre "ser diferentes", ya que siempre que vemos algo o alguien diferente a lo que debería ser "normal", ya lo vemos como alguien o algo raro, no vale lo mismo que lo que la sociedad ha decidido que tiene que ser normal, lo que está bien.
Ser diferente es parte de la vida. No todas las personas aprendemos igual, nos movemos igual ni sentimos de la misma manera. Pero, ¿por qué entonces ser diferente se convierte en una barrera? Desde que somos pequeños, quienes se salen de “la norma” suelen vivir situaciones de exclusión, rechazo o invisibilización. En lugar de celebrar la diversidad, muchas veces la sociedad la castiga. En este blog quiero reflexionar sobre cómo la educación social puede ayudar a transformar esta realidad.
Las diferencias pueden ser muchas: una discapacidad, una forma distinta de expresarse, un origen cultural, una orientación sexual, una situación económica difícil… Todas son partes de la identidad de una persona, y sin embargo, suelen usarse como excusas para apartarla o limitarla.
He visto situaciones en las que alguien con una discapacidad no es tenido en cuenta en actividades grupales, o cómo se hace un “favor” al incluirlo, pero sin pensar realmente en sus necesidades. O personas migrantes a las que se les exige integrarse sin ofrecerles espacios reales para ser escuchadas. Esto no es inclusión: es una adaptación superficial. Y ahí es donde entra la figura de la educadora o el educador social. Nuestro trabajo va más allá de acompañar o intervenir: tenemos que romper barreras, visibilizar desigualdades y generar espacios donde ser diferente no sea un problema, sino una riqueza. La educación social no busca que todas las personas sean iguales, sino que todas tengan las mismas oportunidades para ser quienes son, con dignidad y respeto.
También debemos revisar nuestros propios prejuicios. Muchas veces, aunque tengamos buena intención, podemos caer en prácticas que refuerzan estereotipos: hablar en lugar de escuchar, sobreproteger en lugar de empoderar, juzgar desde nuestra mirada en vez de comprender desde la suya.
En conclusión, ser diferente no debería ser difícil. La diferencia no es el problema: el problema es cómo la sociedad la trata. Como futura profesional de la educación social, me comprometo a mirar con otros ojos, a cuestionar lo que parece normal y a construir espacios donde la diversidad no se tolere, sino que se valore. Porque solo así podremos hablar de una sociedad verdaderamente inclusiva.
Espero que os haya gustado cómo he aprovechado esta temática libre, un saludo!💋
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